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ESPIRITUALIDAD CIUDADANA

  • Foto del escritor: Arturo Morales
    Arturo Morales
  • 8 sept 2021
  • 2 Min. de lectura

La Espiritualidad Ciudadana es toda aquella acción, mental, emocional y física que hace que el ciudadano de a pie, a pesar de su dolor y sufrimiento actúe desde la Voluntad del Bien en pensamientos y en acciones. Es aquel ciudadano que reconoce que el mal separa y el bien unifica. Es el ciudadano común que apuesta al desarrollo de acciones certeras de bien que movilicen y propaguen dicha voluntad como eje central de toda acción propia en amor y en verdad.


Es aquel ciudadano que reviso su ira, su violencia, su egoísmo, su envidia, su pasado y ante los resultados del rastro de su vida tomo la decisión de actuar en verdad, no desde el “falso yo” sino desde el amor, la unidad, la belleza, alegría y confianza.


Este ciudadano reconoce que el ser humano comete errores al estar atrapado en la ilusión del “falso yo” y que es débil ante las pasiones, pero al igual que pudo salir de ese laberinto eslabonado, él tiene la certeza que las acciones de bien ensanchan el espacio de aquellos corazones heridos y los preparan en libertad para la sanación.


El concepto surge ante la urgencia de atar las cualidades de una nueva forma de ciudadanía universal que va más allá de la nacionalidad, o la constitución de un estado o religión. La Espiritualidad Ciudadana es una forma de ser ciudadano que sobrepasa los valores sociales y políticos impuestos por una constitución. Verdaderamente el concepto de la espiritualidad ciudadana es una realización existencial de todo aquel ciudadano que se reconoce parte de la Voluntad del Bien y actúa en ella.


Las bases en que se desarrolla la Espiritualidad Ciudadana son el servicio, la cooperación, el respeto y la tolerancia. El mayor logro de la persona que anda en los caminos del autodescubrimiento personal consiste en permitir que la mente y la fuerza de la Voluntad del Bien aunada a la fuerza del espíritu lo liberen de los nudos emocionales y la tendencia a seguir su propia orientación mental basada en la supervivencia de su cotidianidad social. Tanto así, que poco a poco lo induzcan

a la transformación y evolución hacia una conciencia universal. Esta nueva conciencia o conocimiento no es un conocimiento exterior que se adquiera, ni que se aprende, sino que es el resultado de la evolución de la consciencia del individuo en constante transformación y su descubrir en la acción de la experiencia y la revisión de su proceso de vida.


Tomado del libro Visión 20/20: Año de despertar a una nueva consciencia de Arturo Morales Ramos Pagina `104. Editorial Pausar, 2021.


 
 
 

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